Todos tenemos alguna motivación para entrenar y subir de nivel en escalada, o tal vez varias. Lo más probable es que hayas descubierto el deporte porque algún amigo te invitó alguna vez a la roca o a su gimnasio y fue ahí donde escalaste por primera vez.
Y simplemente te encantó y volvías cada vez con la ilusión de lograr esa vía que no pudiste la última vez. Escalar es un pasatiempo genial, un fin de semana con los amigos disfrutando y animándose entre todos para lograr escalar cada vía y luego tomar una cerveza o ir a comer algo para acabar bien el día de escalada.
Por ejemplo, nadie que ha ido a Cuyuja en Ecuador puede negar que, de regreso a Quito, parar en las Termas de Papallacta y relajarse un momento es el cierre con broche de oro ideal.
En algún punto llegó el momento en que te decías o les decías a tus amigos “hay que entrenar”, la típica frase que todos decimos, pero nos cuesta ponerla en práctica. Te entró la motivación al ver otros escaladores encadenando vías que a ti te parecían imposibles. Y si estás leyendo esto seguramente estás en esta fase en que quieres empezar a entrenar, pero diferentes razones te frenan a hacerlo, en gran parte son miedos irracionales.
Te voy a dar algunos consejos para dar ese pequeño paso y superar esos miedos que, aunque no los reconozcas son los principales responsables, y solo tú tienes la potestad de vencerlos.
Otros tal vez no sean miedos, son un poco más racionales, pero ¡también tienen solución! No hace falta que los leas todos, puedes dar clic en esta lista y regresar y leer solo los que te interese.
Lista de motivos y miedos que evitan que empieces a entrenar en escalada
- No puedo coordinar con mis amigos para entrenar en la semana
- El gym está lejos o me sale muy caro
- No se cómo entrenar
- ¡Qué pereza!
- No hay tiempo
- Me van a ver mal los que escalan mejor que yo
- Me voy a ver mal cuando me crezcan los músculos, mi piel se va a dañar
- ¿Y si me lesiono?
- No progreso, no subo de nivel
- Entrenar es aburrido
“No puedo coordinar con mis amigos para entrenar en la semana”
A tus amigos no los necesitas. ¡Calma! No me refiero literalmente, quiero decir que no los necesitas para entrenar. Tu mente se acostumbró a pensar en la escalada como una actividad social, porque fue así como empezaste. Y no lo niego, al principio te va a costar acostumbrarte a no estar con nadie mientras escalas. Incluso podrías pensar “¿Qué va a decir la gente si me ve solo o sola?”.
La gente no va a decir nada, piensa que, por el contrario, vas a inspirar a muchas personas a entrenar al ver tu motivación cada día.
Por otro lado, estar en soledad puede ayudarte a conectar con el entorno, practicar técnicas de “mindfulness” o en general desarrollar tu lado espiritual.
“El gym está lejos o me sale muy caro”
Primero, ten en cuenta que los gimnasios de escalada normalmente tienen varias facilidades para pagar los pases o membresías. Si compras una entrada para un día usualmente te va a salir más caro que si pagas la mensualidad y asistes 2 o 3 días en la semana. También al pagar adelantado por más tiempo (trimestral o anual), el costo comparado es menor. Este sistema te motiva a ir más días porque cada día en promedio te saldría más barato.
Segundo, el deporte es parte integral de mantener una buena salud por lo que siempre es buena idea revisar esos gastos que podrías recortar y destinarlos al gimnasio. ¿Crees que te cueste tanto comprar menos videojuegos y usar eso para entrenar? O esos zapatos que te parecen tan geniales, ¿en verdad los necesitas?
Si definitivamente el dinero es un problema y/o el gimnasio está muy lejos, puedes entrenar en casa. Puedes empezar sin ningún equipo, pero tu entrenamiento va a estar muy limitado. Poco a poco puedes ir adquiriendo implementos. Lo más básico que debe tener todo escalador en su casa es un Hangboard.
Te sugerimos seguir equipándote en orden de prioridades:
Con esos implementos puedes armar una buena rutina para entrenar en casa. Hay muchísimos equipos más que puedes obtener para complementar tu entrenamiento, esto podrás ir adquiriéndolo con el tiempo. Incluso si tienes el espacio, puedes instalar un pequeño muro de escalada.
“No se cómo entrenar”
No tienes que empezar con una rutina que debes seguir al pie de la letra. Cuando empieces, anda al gimnasio por tu cuenta y escala las vías que quieras, acostúmbrate ese primer día a esta nueva experiencia, no te preocupes por hacer ejercicios específicos o tomar los tiempos. Solo anda y disfruta esos primeros días, eso si no olvides calentar y estirar antes y después.
No hagas esto por mucho tiempo porque no vas a mejorar consistentemente. Una vez que ya te hayas acostumbrado a este cambio en tu vida, comienza introduciendo ejercicios específicos a tus rutinas, ejercicios de acondicionamiento y planifica un cronograma estructurando tus entrenamientos con enfoques a diferentes áreas en cada sesión.
Puedes tener una idea de cómo planificar tus entrenamientos ingresa y descarga esta guía para entrenar en casa, aunque está más enfocado en eso, te ayudará a entender cómo programar tus entrenamientos en el gimnasio por tu cuenta.
Otra opción, es contratar un entrenador personal. En internet y en libros hay mucha información para que puedas aprender sobre el entrenamiento en escalada. Pero un entrenador siempre es buena idea porque te ayudará a identificar debilidades y personalizar tus entrenamientos desde un segundo punto de vista y con más experiencia.
“¡Qué pereza!”
¡No es pereza! Lo más probable es que sea falta de motivación para agarrar la mochila y salir de casa para ir al gimnasio o desviar el camino del trabajo o la universidad al gimnasio. No es malo, a todos nos pasa.
Puedes plantearte un objetivo real. ¿Qué quieres lograr con el entrenamiento? Puede ser algo muy sencillo como escalar tu primera vía de grado “x” o algo muy grande como escalar “The Nose” en El Capitán. Sea cual sea, con ese objetivo vas a poder armar un plan de entrenamiento que te encamine a eso y además cada vez que te de pereza ir, podrás recordar cuál es el objetivo al final del día y motivarte solamente con eso.
Y si no es suficiente, recuerda que al hacer ejercicio se liberan endorfinas que te ayudan a mejorar tu estado de ánimo y se reducen otras como la adrenalina o cortisol, que pueden ayudarte a controlar el estrés. Muy favorable para compensar un mal día.
“No hay tiempo”
Lo mismo que el dinero, ¿qué está actualmente consumiendo tu tiempo que es más importante que tu salud? Ya sé que no es fácil, pero ten en cuenta que el ser humano desde que dejó de ser nómada y se asentó en un lugar fijo, acostumbrarse al cambio se volvió más difícil. Pero así mismo una vez que cambias algo importante en tu vida, acostumbrarte a eso puede ocurrir muy rápido.
Muchas cosas pueden consumir nuestro tiempo, unas más importantes que otras: la familia y amigos, estudios, el trabajo. Estas serán las más difíciles de poner en la balanza frente al deporte. Pero seguro habrá otras actividades como el tiempo que pasas en redes sociales, procrastinando o haciendo alguna actividad que no aporta mucho en tu vida donde puedes reducir el tiempo que destinas a ello.
En el libro de Stephen Covey, “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, habla en el séptimo hábito de las actividades que no pueden faltar en nuestras vidas para preservar y mejorar el bien más preciado que tienes: tú. Estos son:
- Físico: Alimentación sana, deporte y descanso
- Social-emocional: Crear y mantener conexiones de valor con las personas importantes en tu vida
- Mental: Aprender, leer, escribir, enseñar.
- Espiritual: Tiempo en la naturaleza, meditar, música, arte, servicio comunitario.
Mantén un buen equilibrio de estos 4 puntos en tu vida; tal vez ciertas cosas que considerabas importantes, no lo son. Covey también nos dice que lo urgente no siempre es igual a lo importante, aprende a diferenciarlas y enfócate en lo importante. ¡Administra mejor cómo usas tu tiempo y empieza a entrenar!
“Me van a ver mal los que escalan mejor que yo”
Nadie te va a ver mal ni se va a burlar de ti. Los que escalan mejor que tú algún momento empezaron como tú. Adam Ondra no nació escalando 9c, él también estuvo debajo del nivel de otros escaladores, como Chris Sharma que probablemente fue inspiración para él en su adolescencia.
Tienes que pensar que es una excelente oportunidad escalar junto con mejores escaladores que tú por todo lo que te puedan enseñar. La mayoría seguro les va a encantar darte consejos y compartir su experiencia contigo, pero no de ningún modo van a pensar mal de ti, aprovecha todo lo que puedas aprender de ellos y si alguien te hace dar cuenta de algo que estás haciendo equivocadamente de una forma que te hace sentir mal, ten por seguro que ese no era su objetivo, en el mundo de la escalada la gran mayoría te va a ayudar desinteresadamente y quieren ver a otras personas tener éxito.
En mi experiencia la gran mayoría de escaladores han dado forma a una comunidad caracterizada por ser solidaria, amigable, desinteresada y con las mejores vibras.
“Me voy a ver mal cuando me crezcan los músculos, mi piel se va a dañar”
Esta es una excusa muy común que escucho especialmente en mujeres. Puede ser cierto que te crezcan los músculos hasta cierto punto, va a depender en gran parte de tu genética.
Pero la escalada no es un deporte cuyo objetivo es el incremento de la masa muscular; de hecho, esto es contraproducente porque la relación peso a fuerza es muy importante optimizar, es decir lograr la mayor fuerza con el menor peso posible. Obviamente tampoco hay que hacer dietas para lograr un cuerpo delgadísimo porque eso de ningún modo va a ayudar a tus músculos a ponerse fuertes.
Por ejemplo, mira a las escaladoras más fuertes como Margo Hayes o Laura Rogora. Ellas son bastante delgadas, pero tienen hipertrofia a nivel de las principales fibras musculares que intervienen en la escalada. No pensarías a primera impresión que pueden escalar las vías más difíciles en escalada, no tienen una gran cantidad de masa muscular. Adam Ondra es otro ejemplo en el caso de los hombres (ha escalado la vía más difícil actualmente).
Si es cierto que tus manos van a sufrir, especialmente al inicio donde tu piel es aún muy fina y van a aparecer ampollas. Conforme sigas entrenando, la piel se hace más gruesa en las áreas de mayor contacto formando callosidades. Pero tampoco te preocupes por esto, hay muchos productos especializados para escaladores para cuidar la piel como cremas regeneradoras que realmente funcionan bien.
El magnesio en exceso o dejarlo en la piel por un tiempo prolongado puede ocasionar gran parte de los problemas al resecar la piel y hacer que se generen agrietamientos ante la pérdida de elasticidad o hacer que se despelleje. Puedes controlar el uso de magnesio para evitar esto y siempre lavarte las manos inmediatamente al finalizar tu sesión de escalada. Y hay miles de cosas más que se pueden hacer para cuidar la piel como tratamientos con ingredientes naturales, entre otros.
Pero no te voy a mentir, tampoco vas a tener la piel de bebé y el mismo cuerpo que tenías antes de escalar, definitivamente va a cambiar, pero para bien. Te aseguro que te vas a sentir mucho mejor, más saludable y pienso que eso atrae mucho más que simplemente un cuerpo bonito.
“¿Y si me lesiono?”
Lo único que va a pasar si te lesionas es que vas a dejar de entrenar. Ninguna diferencia con lo que estás haciendo en este momento: no entrenar. Ahora, por supuesto que una lesión siempre puede ser dolorosa, molesta y limitarnos a hacer algunas actividades, puede ser problemático especialmente si te dedicas profesionalmente a alguna actividad física o para manejar.
Pero las lesiones son evitables especialmente si diseñas bien tu plan de entrenamiento, calientas y estiras antes y después de entrenar, escuchas a tu cuerpo, no te sobre esfuerzas, haces los descansos adecuados, te alimentas bien, duermes adecuadamente y llevas una vida sana en general. Nadie está libre al 100% de una lesión, pero para mí, esta es la peor de las excusas, es como decir: “no cruzo la calle porque ¿y si me pisa un carro?” Debes aceptar que hay cosas que están fuera de tu control.
“No progreso, no subo de nivel”
Replantea la forma en que estás entrenando, difícilmente ya habrás alcanzado el máximo nivel posible y suponiendo que ya hubieses alcanzado tu máximo a nivel físico (muy improbable), eso solo es una tercera parte de la escalada, el resto es mental y técnico. Y en estas dos cosas nunca dejarás de aprender algo nuevo.
Investiga en libros o internet en fuentes confiables sobre cómo planear tus entrenamientos, esquemas de nutrición, mejorar la técnica, recuperación, ejercicios complementarios y acondicionamiento. También hay muchos podcasts que puedes escuchar en el auto o tus tiempos libres. Pero lo más importante, siempre cuestiónalo todo. La ciencia del deporte especialmente en escalada está en pañales comparado a otros deportes así que nadie tiene la última palabra.
Cuando veas que no están funcionando tus rutinas, cámbialas hasta encontrar lo que funcione para ti. Jamás lo que funciona bien para un escalador va a funcionar de la misma forma para otro. Nuestros cuerpos y mentes son muy diferentes.
“Entrenar es aburrido”
Si de verdad quieres subir de nivel y por eso llegaste hasta aquí en el artículo, tienes dos opciones. Uno, buscar otro deporte que te motive más que la escalada. Dos, buscar la motivación adecuada para ti. Y con esto, vuelvo al punto “Qué pereza”. Plantéate objetivos SMART que por el inglés se traducen a (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales).
Por ejemplo: “En tres meses voy a escalar mi primer 7a en roca siguiendo un plan de entrenamiento”
O más cortos: “La siguiente semana voy a perder el miedo a volar haciendo 3 sesiones a la semana de vuelos”
O más largos y titánicos: “En tres años me iré de expedición al Fitz Roy y abriré una nueva vía a la cumbre, mejoraré con un curso mis conocimientos técnicos”.
Busca los pequeños “gains” de cada día. En el gimnasio tienes la oportunidad de conocer nuevas personas, disfrutar de una pequeña conversación, compartir tu experiencia con otros escaladores o sentirte saludable y fuerte tras una intensa sesión de entrenamiento.
Si estar solo o practicar “mindfulness” definitivamente no es lo tuyo, también puedes llevar un par de audífonos y escuchar música o algún podcast que te enganche al entrenamiento.
Espero haber tocado los miedos y problemas más comunes que te impiden empezar (o retomar) y que ahora tengas mayor motivación para entrenar en escalada.
Cuéntame en los comentarios si tienes algo más que te impida empezar, obviamente no una lesión grave es una excusa válida, en este caso, ¡no desesperes que ya sanarás! Y con esto ojalá logres encontrar ese impulso que te faltaba para pagar esa suscripción al gimnasio o equipar tu hogar poco a poco para entrenar. ¡Disfruta el camino hacia tus metas!
No olvides descargar nuestra guía para entrenar en casa, ¡es gratis!
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